Realizamos un proceso integral para garantizar el óptimo funcionamiento del intercambiador. Primero, se verifica la presencia de fugas. Luego, llevamos a cabo una minuciosa limpieza química sin desarmar el equipo. Si es necesario, se desarma controladamente para evaluar y corregir. A continuación, se enjuagan las placas con hidrolavadoras especializadas y se realiza un montaje preciso. Finalmente, se verifica nuevamente la ausencia de fugas para asegurar su óptimo estado.